Errores más comunes en el diseño de interiores
INTERIORISMO
Tener que diseñar oficina o un local, es similar a tener un lienzo en el que, si juntamos la paleta de colores y los trazos con medida nos saldrá una auténtica obra de arte, pero si damos pinceladas sin ton ni son seguramente acabe pareciéndose más a un boceto de un niño.
Muchos de nosotros hemos sido testigos de locales que tenían mucho potencial y que han acabado siendo una ruina, hablando desde el diseño. Y, es que, no se trata de suerte o de comprar los mejores materiales o muebles.
El diseño requiere de un estudio anterior y no solamente desde el punto de vista decorativo: tendremos que estudiar el espacio que queremos transformar, su historia o la función que va a realizar cuando esté terminado. Y sobre todo, evitar a toda costa los errores más comunes que se suelen cometer.
1- No tener cuidado con las medidas
A la hora de decorar cualquier local comercial, restaurante u oficina, siempre tenemos que ir con un metro en nuestro bolsillo. Es imprescindible saber con cuanto espacio contamos, aunque creamos que “a ojo” sabremos dar con las medidas.
A más de algún pretendido experto le ha pasado que su mobiliario no entraba porque chocaba con algún elemento estructural, había elementos demasiado grandes para el espacio y casi no dejaban espacio para pasar.
Por ello, siempre es necesario tener papel, lápiz y un folio en el que hacer un plano general de cómo quedarán los muebles juntos con los complementos decorativos.
2- Pasarse de Barroco
Como dice la famosa frase del arquitecto Mies van der Rohe “menos es más”. En muchos casos el exceso por decorar un espacio, añadirle detalles, muebles de los diseñadores más famosos, plantas, luces, cortinas, hace que no sepamos a dónde dirigir nuestra mirada.
Es muy fácil convertir espacio que con cuatro elementos serían ideales en auténticos horrores en los que nos sentimos agobiados, a disgusto y solamente pensamos en escapar.
3. No tener un punto focal claro
En cualquier tipo de diseño de interiores, es importante que haya un punto (en el espacio a diseñar) que capte la atención de todas las miradas. En ese punto colocaremos la pieza de mobiliario o accesorios más vistosos, ya sea un cuadro, una obra de arte o un mueble antiguo. Este punto será el que marque la pauta decorativa del resto del espacio. Por ejemplo, en el caso de los restaurantes, a menudo suele ser el mostrador de la barra dónde trataremos de dirigir todas las miradas.
¿Qué sucede cuando obviamos esto? Mucha gente crea composiciones de piezas importantes, acumulándolas en un mismo sitio, sin importar el estilo que sean y si concuerdan o no entre ellas.
4- Copiar y no crear
Se trata de buscar inspiración y conjugar ideas para que algo nuevo nazca. Si copiamos una idea, por muy buena que sea, esta carecerá de “alma”, será decoración vacía sin la historia del lugar o la personalidad de quién lo ha diseñado.
5- Que prime el presupuesto frente al estilismo
Intentar recortar costes a corto plazo, hace que lo paguemos a largo.
No contratar un diseñador de interiores profesional oun arquitecto, escatimar en costes de materiales o intentar acabar el diseño en el menor tiempo, … Solo harán que consigamos un diseño mediocre.
Desde elementos que se rompan y tendremos que sustituir, diseños mal colocados, tonos de colores que no combinan y no lo veamos hasta que sea demasiado tarde o elementos totalmente incómodos o innecesarios, etc. Para obtener buenos resultados habrá que invertir tiempo y dinero en nuestro proyecto.